miércoles, 16 de abril de 2014
Nada es suficiente porque nada se compara.
Finalmente te vi. Y te miré. Y no sé si te observé porque me estaba dedicando firmemente a concentrarme para luego no perder el control. Contemplé tu esencia otra vez. Pero tal vez no como a mí me gusta. Tal vez no como me ha encantado. Te miré pero de una manera más inocente. Más sumisa. Y casi no me sentí yo. Y ese fue el problema. Que casi no era yo la que estaba ahí a un lado de ti. Y quiero estar. Y quiero ser. Y quiero sentir(te). No me parece suficiente con mirarte a los ojos. Mirarte con mis ojos que brillan. Y brillan nada más por ti. Y si brillan es porque todo lo que me haces sentir es sincero. Y con eso debería de bastar. Con mirarte a los ojos y que tú los leyeras. Y descubrieras que te amo sin que yo tenga que abrir la boca. Que la pura mirada te bastara. Que el rose de mi piel fuera suficiente. Mis manos en tu cara y pasarte tantita de mi alma en un beso. En un beso largo, tierno y dulce. Sin que pierda lo pasional. Y prestarte toda mi atención cuando hablas. Porque de verdad son temas de mi interés. Es como volar juntos. ¡Pero, no! Nada de eso es suficiente. Debería serlo pero no lo es. Me faltan millones de cosas por decirte. Pero no puedo. ¿Cómo decirte "te amo" si lo que siento, tal vez, es aún más que eso? ¿Cómo? Si me haces sentir millones de cosas. Que no creo que se resuman en un par de palabras. Son sentimientos que no se limitan. Que son libres como aves. No puedo resumirlos. No puedo decirlos. Es demasiado. Te amo. Te amo. Te amo. Y te amo como nunca había amado a alguien.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario