domingo, 13 de abril de 2014
Pensar en usted todo el chingado día cansa mucho.
Ayer tenía toda la ilusión de volver a verle. No sé qué está esperando, a que me aleje o a que le ame más. Pero así no se hacen las cosas. Porque usted ni siquiera las hace. No sabe cuántas ganas tengo de observarle. De nada más quedarme quieta contemplando su diáfana presencia. Pero para usted hay algo más. Hay mucho más antes de que yo le mire. Para usted existen cosas, muchas cosas antes que dejarme mirarle. Ojalá fuera así para mí. Ojalá yo pudiera preocuparme por cientos de cosas antes que usted. Ojalá no me doliera tanto la distancia que existe entre los dos. Pero no puedo. No puedo evitarlo. No puedo evitar ponerlo como prioridad ante muchas personas. A veces hasta antes que yo. Y sé que es una falta de respeto hacía mí. Pero ¿qué hago si a lo único que me dedico es a amarle? A pensar en usted todo el chingado día. Y nada más pensar en usted, porque verle, eso sí está difícil. Ojalá me viera con los mismos ojos que yo lo veo. Me amara con la misma intensidad con la que lo hago yo. Estoy dispuesta a hacer todo por usted pero ¡déjese! ¡déjese amar con locura, abra el corazón! Que así yo no puedo. No me ayuda, oiga. Ponga de su parte y verá cuán feliz soy capaz de hacerlo. Le amo bastante. Lo necesario como para aguantarle todo lo que le he aguantado y mucho más. Porque así me gusta amar. Intensamente y con locura. Que así es la única manera de amar verdadera.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario