lunes, 24 de julio de 2017
Quisiera una barita mágica
No quiero que me hables pero quiero que me pidas perdón. No quiero verte pero quiero que estés arrepentido. No quiero volver a saber de ti pero quiero que te vaya bien. No debería necesitar de tu perdón pero cada que recuerdo lo horrible que me ofendiste siento que no puedo respirar. Cada que pienso en ti me dan ganas de vomitar. No porque me des asco, sino porque me pone mal (ya hasta físicamente) el solo pensar en tu presencia y que me recuerde a lo que pasé. No estoy segura si todo esto fue abuso psicológico y de verdad me dejaste traumas pero no me siento nada bien. Espero este sentimiento pronto termine y vuelva a poder concentrarme en lo que realmente importa y en cosas que me hagan bien. Ya quiero despertar de esta pesadilla. Me da miedo no poder superarte nunca. Me da muchísimo miedo vivir así para siempre. Que pasen los años y yo siga apendejada con la idea de que todo se justifica porque te amo. No te amo. Nunca debí amarte. Ni siquiera debí responderte el primer aquél texto que me enviaste. Nada. No debió pasar nada. No debí conocerte. Ya no sé cómo voy a querer si es que algún día vuelvo a querer. Ya no siento que tenga la habilidad de estar con alguien y respetarlo, adorarlo, estar feliz a su lado. No sé si algún día pueda. Ya no quiero tener miedo. Quiero que te vayas para siempre de mi vida. Quiero borrar todo. No he estado ebria desde la última vez que te vi (hace una semana) y siento que me está matando. Tal vez también tengo problemas con el alcohol. Como si me faltaran problemas. Pero el alcohol es lo único que me hace olvidar por un rato todo lo horrible, lo triste, lo oscuro, el dolor, la tristeza, el sufrimiento, el daño. El alcohol me hace reír, bailar, cantar, hablar sin pena, socializar. Lo que me cuesta tanto trabajo sobria. Quisiera una barita mágica que borre todos los males de mi mente, de mi alma, de mi corazón. Yo tenía un corazón tan inocente y tan puro antes de conocerte. No creí que fuera capaz de lo que hice. Lo que me hice. Ya no quiero hacerme daño. Quiero perdonarme. Me hice mucho mal. Quiero quererme. Amarme. Valorarme. Me extraño. Me hago mucha falta. Quiero hacerme feliz. Sé que algún día, no sé cuándo ni cómo, pero voy a perdonarnos. Y seré feliz. Muy feliz. Y todo va a cambiar. Y todo va a estar bien. Y por fin voy a poder estar sin ti y tú sin mí. Y todo va a estar bien. Todo va a estar bien.
lunes, 17 de julio de 2017
Carta para quien me rompió la vida
Hola,
esta carta es para ti. Con todo lo que no te pude decir por miedo o vergüenza o
por falta de oportunidad. Porque durante estos dos años hemos tenido muy pocas
ocasiones en las que nos quitamos las máscaras y enfrentamos la realidad. Para
ti que me has destrozado de una y mil maneras. Desde un principio supe que todo
estaba mal. Que relacionarme contigo estaba mal, fuera de la manera que fuera.
Siempre supe que ya estabas en una relación, eras imposible para mí. Lo raro es
que siempre fui consciente de que no ibas a terminar con ella. Y lo peor es que
eso dejó de importarme. Lo que no soporté fue tomarte de la mano y acariciarte
el rostro y pensar en que ella puede hacer eso todo el maldito tiempo que
quiera. Y yo tuve que esperar 21 meses para poder hacerlo. Muchas noches lloré
hasta quedarme dormida. Y no era la primera vez. No eres la primera razón por
la cual lloro todo un mar de lágrimas. Sin embargo, esta razón es la peor que
he tenido en mi vida. He estado mal, muy mal. Se me olvidó la moral, se me
olvidaron los valores. Perdí todo lo que me hacía ser buena persona, buena
mujer, todo por estar contigo. Aunque sea un ratito. No soporto la idea de que
te dejé hacerme todo el daño que tú quisieras. Según tú me hacías daño para
alejarme y que te dejara en paz, como tu mecanismo de defensa, pero al
protegerte a ti a mí me partías el alma en pedacitos. Pedazos que he tratado de
cocer a base de vicios y personas que no han sabido reparar el dolor o llenar
el vacío porque simplemente no eres tú. No son ellos los que deben sanarme.
Incluso tú tampoco podrás sanarme nunca. Yo voy a sanar solita el día que pueda
escuchar tu nombre, verte pasar y no sentir que se me doblan las piernas y que
se me va el aire. He tratado de huir de ti de mil maneras. Nada funciona porque
siempre nos volvemos a encontrar. Hacerte el amor y que tú sólo me cogieras
también dolió mucho. Besarte hasta el alma y que tú sólo pusieras tus labios
con los míos. Quiero arrancar tus recuerdos y tus mentiras y todo lo que tenga
que ver contigo. No entiendo por qué me hiciste esto. Por qué me hice esto. El
rencor y el odio estuvieron presentes por un buen rato. Quería hacerte daño.
Que sufrieras más de lo que yo había sufrido. Pero ya no. Me di cuenta que no
me haría sentir mejor en ningún nivel el hecho de que tú estuvieras igual de
mal o peor que yo. Dejé de mentarte la madre mentalmente y empecé a pedirle a
Dios por ti. Le pedí que me ayudara a soltarte. Que te cuide a ti, a ella, a tu
familia. Que cuide todo de tu vida. He pedido que te pasen puras cosas buenas y
que te vaya bien en todo. Y eso es lo único que quiero, que te vaya bien, que
te des cuenta de que en realidad nunca necesitaste nada de mí porque ya tenías
a una persona que te ama y respeta y haría todo por ti. Ya eras de alguien y
alguien ya era para ti, no había necesidad de buscarme o hacerme creer que
serle infiel se justificaba porque sí era amor. Nunca te voy a creer que nos
quisiste a las dos al mismo tiempo. Nunca te voy a creer que sí era amor. De mi
parte sí lo fue. Por ahora lo único que quiero es pedirme perdón. Y, de hecho,
también te quiero pedir perdón a ti. Sé que te causé problemas y algo de
desmadre en tu vida. Pero nunca quise hacerte daño. De ningún modo. Espero
podamos salir de esta. Cada uno a su manera. Y que pronto dejemos de chingarnos
la vida. Ya nos dimos muchos putazos emocionales. Como que ya fue suficiente
¿no? Ambos debemos seguir nuestros respectivos caminos, el uno sin el otro. Sé
que vamos a estar bien. Gracias por los (pocos) buenos momentos que tuvimos.
Aprendí a desconfiar de la gente y a no creer tan fácilmente pues cualquiera
puede mentir o exagerar una verdad. Deseo de todo corazón que tu vida esté
llena de logros y éxitos y que tú y tu novia sean muy felices.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)