
domingo, 13 de julio de 2014
Me duelen los ojos de tanto llorar.
Qué agobiada me tienes, cansada, exhausta de tanto que no estés. Ya, ya creo que no puedo. No sé cuándo es que uno se da cuenta que no puede más. Pero creo que esto es lo más parecido. Sentir como que cada día te debilitas más. Que ya los recuerdos se van desvaneciendo poco a poco. Que hasta el aire a veces me duele y no me falta sino que me sobra. Me sobran la mayoría de las cosas cuando tú no estás. Qué horror estar tan así. Qué horas. Qué días. Qué vida. Me envuelvo en lágrimas de impotencia y desesperación. Ya ninguna letra que escriba me desahoga, ayuda muchísimo pero no es precisamente lo que necesito. Las letras no me van a traer tu presencia aquí. Las letras no van a hacer que me extrañes o que me quieras más. Realmente no pueden lograr nada. Es demasiado triste, porque a veces siento que es lo único que tengo. Todas estas letras que he escrito para ti. Lo que tú provocas desde hace más de un año. Demasiado o muy poco tiempo. Demasiado cuando creo que te he visto unas horas pero muy poco cuando quiero comerme el mundo ya contigo. ¿Porqué no me dejas hacerte feliz y de paso hacerme feliz a mí? ¿No crees que lo merezcamos? Tal vez yo soy la que no te merezco. Realmente tal vez sea eso. Me duelen los ojos de tanto llorar. Pero el dolor es casi nada comparado con cuánto me duele el corazón. O no sé qué sea, sólo se siente un profundo dolor en el pecho y uno lo percibe como que es el corazón porque es lo más lógico. Y es justamente el pecho el que se manifiesta cuando sientes mucho por alguien. Te veo y me palpita el corazón bastante rápido, como si quisiera salir emocionado a ver la razón por la que el cuerpo en el que habita se emociona tanto al estar frente a ti. Y es que pensándolo bien parece que nunca nada va a ser como uno lo espera. Nunca voy a verte a diario. Nunca conocerás a mi madre. Nunca será una relación de esas que caben dentro del término "formal". Porque no sé si me quieras formalmente. Yo siento tu amor muy a la ligera. Muy a destiempo. Porque yo te quiero siempre, aunque no sé si para siempre. Pero te quiero y es lo que importa. Y espero un día dejes de tener tantos peros y empieces a tener más tiempo para mí. Y sinceramente espero que no sea demasiado tarde. Aunque el demasiado está demás. Ya con el tarde, pues ya significará que ya no estaré para ti ¿no? ¿Ese día irá a llegar?

lunes, 7 de julio de 2014
Está lloviendo...
Está lloviendo. ¿Y sabes qué fue lo primero que pensé al ver el cielo repleto de nubes? ¿y que lo que menos se veía era el sol? En ti. Porque así estoy ahorita. Entre nubes, entre relámpagos, entre lluvia. Pero tú escondido como el sol. De que estás, estás. Pero nomas no te ves, pues. Exactamente así estoy. Soy simples gotas de agua, incolora, insípida, simples nubes frágiles, suaves pero que de pronto cuando ya no pueden más sueltan relámpagos. Sólo que mis relámpagos no asustan a nadie porque realmente no son capaces de dañar. Al menos no intencionalmente. Te quiero y te quiero muy aquí conmigo. Muy a mi lado. Pero mucho, pegadito a mí. Me muero de ganas de verte. Incluso más que otros días. No para de llover y es realmente hermoso pero muy triste. La lluvia te pone o muy triste o muy feliz. Y desgraciadamente (o afortunadamente) hoy escogió la primera opción. Quiero que estés conmigo y perder la noción del tiempo. No que pierdas la noción del tiempo cuando no estás conmigo, como generalmente lo haces. Quédate conmigo. No pienses en el examen que tendrás mañana. No pienses en nada más. Que no exista nada más que nosotros dos por un instante. Sólo eso te pido ¿es demasiado? No quisiera exigirte más de lo que puedes (quieres) darme. Es sólo que te adoro tanto que después de tantos días sin ti me es casi imposible no ponerme triste de tanto que te extraño. No necesito explicaciones, yo sé o al menos trato de comprender lo ocupado que estás. Sólo quiero que estés bien. Ya tendrás tiempo de estar junto a mí.
martes, 1 de julio de 2014
Debí...
Cuántas cosas debí haber hecho y otras tantas que no debí. No debí haberme quedado callada. No ante tan hermosos ojos. Pero quién puede decir más de 5 palabras cuando frente a ti está la persona más maravillosa que conoces. El que más quieres, el que más aprecias, el que más te gusta. Por el que harías de todo. Debí haberte tomado de la mano y decirte te quiero, decírtelo mil veces hasta que te aburrieras y me callaras con un beso. Debí mirarte más la mirada. Debí evitar que tu mirada me pusiera nerviosa e intentar simular mirando los árboles o las estrellas, o los simples alto de las esquinas. Debí acariciar tu piel durante más tiempo. Debí leerte mil poemas y muchos más que mil. Debí admirar con más exactitud tu aroma para nunca olvidarlo. Debí cantarte cada vez que me lo pedías y no morirme de vergüenza ni esconderme en mi felicidad de lo sencillo que es estar junto a ti. Me arrepiento, me arrepiento. Me arrepiento de no haber disfrutado más, mucho más, cada pedacito de ti. Cada trocito que me he robado o tú me has regalado, quién sabe, pero que de alguna manera obtuve de ti. Amo cada parte de tu rompecabezas. No importa qué tan difícil sea a(r)marlo. No hace falta comprenderlo. Sólo admirar lo sublime que es.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)