lunes, 7 de julio de 2014

Está lloviendo...

Está lloviendo. ¿Y sabes qué fue lo primero que pensé al ver el cielo repleto de nubes? ¿y que lo que menos se veía era el sol? En ti. Porque así estoy ahorita. Entre nubes, entre relámpagos, entre lluvia. Pero tú escondido como el sol. De que estás, estás. Pero nomas no te ves, pues. Exactamente así estoy. Soy simples gotas de agua, incolora, insípida, simples nubes frágiles, suaves pero que de pronto cuando ya no pueden más sueltan relámpagos. Sólo que mis relámpagos no asustan a nadie porque realmente no son capaces de dañar. Al menos no intencionalmente. Te quiero y te quiero muy aquí conmigo. Muy a mi lado. Pero mucho, pegadito a mí. Me muero de ganas de verte. Incluso más que otros días. No para de llover y es realmente hermoso pero muy triste. La lluvia te pone o muy triste o muy feliz. Y desgraciadamente (o afortunadamente) hoy escogió la primera opción. Quiero que estés conmigo y perder la noción del tiempo. No que pierdas la noción del tiempo cuando no estás conmigo, como generalmente lo haces. Quédate conmigo. No pienses en el examen que tendrás mañana. No pienses en nada más. Que no exista nada más que nosotros dos por un instante. Sólo eso te pido ¿es demasiado? No quisiera exigirte más de lo que puedes (quieres) darme. Es sólo que te adoro tanto que después de tantos días sin ti me es casi imposible no ponerme triste de tanto que te extraño. No necesito explicaciones, yo sé o al menos trato de comprender lo ocupado que estás. Sólo quiero que estés bien. Ya tendrás tiempo de estar junto a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario